POR LA CALLE DE SAN NICOLÁS
Después de estar la semana pasada fuera de Murcia volvemos a nuestra ruta por el centro de la ciudad. Estábamos frente a la puerta principal de la Iglesia de San Nicolás, en la calle del mismo nombre. Era una de las más antiguas de Murcia, de la época árabe, y estaba en un extremo de la ciudad por eso se llevó allí el cementerio y también algunas actividades profesionales molestas o insalubres para los vecinos. Cuando se levantaron las murallas el barrio quedó dentro de la ciudad; en el siglo XII se construyó un baño público y poco a poco, los artesanos se fueron trasladando a los barrios de San Andrés y San Antolín, el de San Nicolás, entonces, se fue haciendo más residencial y adquirió mayor categoría. Con el tiempo, sin embargo, su situación empeoró igual que su fama. La construcción de algunos palacios como el de Riquelme o la casa del escultor Salzillo volvieron a mejorar su prestigio.
Según Francisco Muñoz López y Pedro Jiménez Castillo, en su artículo
“CASAS, HORNOS Y MURALLA DE LA MURCIA MEDIEVAL, EN UN SOLAR DE CALLE SAGASTI ESQUINA CON AISTOR”, en esta calle se han encontrado restos de un alfar, que es un taller de alfarería de la época califal. Pasado el tiempo sobre él que se construyó una vivienda de al menos dos patios.
También se ha encontrado un taller de trabajo del metal, con un pequeño horno y escoria de hierro (restos que quedan después de fundir un metal). Sobre este taller se edificó una casa musulmana.
Volvemos sobre nuestros pasos y nos encontramos nuevamente con la Iglesia de San Nicolás.
A la derecha se abre una plaza a la que da una de las puertas, la principal da a la calle del mismo nombre. Es de origen medieval, la iglesia actual se levantó entre los años 1736 a 1743, costeada principalmente por el médico murciano Diego Mateo de Zapata, que fue investigado por la Inquisición.
Por la placita podemos llegar a la plaza Mayor, no es muy antigua pero es bonita y estupenda para jugar.
Si llegamos al final de la calle de San Nicolás entramos la calle de Santa Teresa creo que se llamaba así porque estaban los frailes teresos en el siglo XVIII. Al final de esta calle se encontraba una de las puertas de la muralla más utilizada, la puerta del zoco y después la puerta de Santa Florentina. Parece que le pusieron ese nombre porque por ella entraron, en 1594, sus reliquias.
Aqui hay dos edificios muy interesantes.
En el siglo XVIII se demolieron la muralla y la puerta y en 1741 se construyó la Casa-Hospicio de Santa Florentina, a instancias del Cardena belluga y entregada a la Congregación de las Hijas de San Vicente Paul para que cuidaran de los niños huérfanos. |
No se tiene mucha seguridad pero se cree que fue obra del arquitecto murciano Martín Solera -formado en la escuela de la fachada de la Catedral y que también participó en la obra de la iglesia de San Juan de Dios.
Es importante porque es la única obra de arquitectura civil de la Murcia barroca que hoy tiene la misma finalidad que cuando se construyó.
CASA DíAZ CASSOU
Fue un encargo del escritor Pedro Díaz Cassou al arquitecto José Antonio Rodríguez. Es de estilo modernista. En el centro de la fachada hay un mirador semicircular rematado por una barandilla de hierro.
Ha sido restaurada recientemente y actualmente tienen lugar en ella exposiciones y actos culturales.
Díaz Cassou
Nació en 1843 en Murcia. Estudió Derecho en Valencia, pero era un apasionado de la historia y las tradiciones de nuestra región y especialmente se preocupó por el el riego de las huertas murcianas.
En 1879 publicó “Memoria de los riegos del Segura”.